Cuando una pareja decide casarse, lo primero que piensa es la fecha. Lo más habitual es hacerlo a partir de marzo o abril hasta el mes de octubre. Porque muy pocos lo hacen en invierno. Y es que las ventajas de celebrar una boda en verano son tantas que por eso en estas fechas es cuando más eventos hay.

Además, la gran cantidad de espacios ideales para una boda con encanto propicia que la mayoría de celebraciones se produzcan durante la época estival.

Aún así, es posible que no tengas muy claro aún qué fecha es la ideal. Y lo cierto es que cuando se trata de amor, cualquier día es bueno.

Sin embargo, las bodas de verano suelen ser un éxito y hay razones de peso por las que elegir los meses más calurosos del año es una buena idea.

1. Celebración al aire libre

Una de las principales ventajas de las bodas de verano es la posibilidad de celebrar tanto la ceremonia, civil o religiosa, como el banquete al aire libre.

Un espacio con encanto en Badajoz, una preciosa finca en Cáceres o un castillo en Andalucía…Da igual la región en la que te cases. La oferta por todo el país es inmensa y las opciones de lugares abiertos para todos los gustos y necesidades.

Entra las ventajas de celebrar una boda al aire libre están la personalización del lugar o la exclusividad del evento, entre otras.

Además, si eliges un sitio con bonitas vistas y con distintos ambientes, el éxito está garantizado.

2. Más tiempo para disfrutar

En verano, los días son mucho más largos. Sobre todo a finales de junio o primeros de julio. El hecho de que haya más horas de sol hace que se disfrute más y no tengas la sensación de que todo ha sido demasiado breve.

Después de tantos meses de preparativos, da pena que se acabe enseguida. Y si encima es una boda de tarde será aún más corta.

Además, podrás hacer una preboda en una terracita la noche anterior y así ir recibiendo a los invitados más allegados con los que al día siguiente no tendrás tiempo casi de charlar.

3. Novia e invitadas más guapas

Parece una tontería, pero para las chicas es importante. Poder ponerse morenas antes de enfundarse ese espectacular vestido para la ocasión es todo un lujo.

Muchas incluso estarán recién llegadas de la playa y lucirán un dorado precioso que embellecerá el look. La novia también podrá broncearse, aunque no demasiado para no resultar demasiado vulgar el contraste con el blanco del vestido.

Además, si tienes una piel bonita y broceada, apenas necesitarás maquillaje y con unos coloretes, una máscara de pestañas y un tono en los labios será suficiente.

4. Invitados de cualquier rincón

Si tienes invitados que viven lejos, es más probable que vayan a la boda en verano que el resto del año. Al coincidir con vacaciones en la mayoría de lugares, podrán escaparse y acompañarte ese día tan especial.

Eso sí, debes asegurarte que en el destino que viven hay descanso en esa época si no quieres que falten. Y además, procura que coincida por ejemplo en un puente más largo para que puedan quedarse más días.

Algunos creen que casarse en verano fastidia las vacaciones a muchos invitados, pero realmente los más cercanos e importantes estarán encantados de asistir. Por eso no te preocupes, porque siempre alguien puede fallar, tanto en agosto como en enero.

5. Más variedad de menús

No es que en invierno los menús de bodas sean más cerrados, pero sí apetece menos comer ciertos alimentos.

Las ensaladas, los helados como opción distinta a los postres más tradicionales, las limonadas, los gazpachos o ajoblanco…y también los corners de comida japonesa o quesos de la zona llaman mucho más la atención en un espacio abierto.

Además, al ser los días más largos también hay más tiempo para digerir mejor la comilona que todos suelen darse en las bodas.

6. Luna de miel más larga

Otra de las ventajas de una boda de verano es la posibilidad de alargar el viaje de novios. Si te casas en otra época del año, te darán 15 días y te sabrá a poco.

Pero al casarte en verano, puedes unir tus vacaciones del año con las de la luna de miel y descansar durante una buena temporada después del ajetreo de la celebración.

Si te casas en febrero o en abril, también podrás pedir vacaciones del año por adelantado pero luego en verano echarás de menos los 22 ó 30 días de descanso que tiene la mayoría.

Son sólo algunas ventajas de celebrar una boda en verano. Pero ten claro que lo importante no es la fecha. Y que da igual el día que elijas porque el momento será igual de especial.

¿Tienes más claro ahora en qué época quieres dar el «si quiero»?

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