Por mucho que cambien las modas en todo lo relativo a la celebración de las bodas, hay detalles que se mantienen a lo largo de la historia y seguirá siendo así.

Son las fotos.

De hecho, puede que hayas tenido la suerte de poder ver el álbum de la boda de tus padres, e incluso alguna foto del día que se casaron tus abuelos. ¿No es algo mágico que merece la pena conservar para toda la vida?

Aunque hay algo que sí ha cambiado, ya que hemos pasado del posado artificial y fingido de las fotos antiguas a la naturalidad y espontaneidad de las imágenes actuales.

Por muy poco que os guste posar ante la cámara o por mucho que queráis huir de una boda convencional, no rechacéis la oportunidad de tener un bonito recuerdo de ese día. Porque de lo contrario, podréis arrepentiros y no habrá marcha atrás.

Elegid bien al fotógrafo

Seguro que tenéis cerca algún fotógrafo que os guste, pero si no es así, no dudéis en buscar los profesionales que más se adapten a vuestro estilo.

No toméis una decisión precipitada solamente por el precio.

Fijaos en el tipo de fotos que hace, en su estilo, en el material que utiliza, el tiempo que estará con vosotros o los trabajos que ofrece. Puede que solo haga álbumes digitales o que tenga una gran variedad para elegir e incluso que se encargue también de hacer vídeos.

Otro aspecto a tener en cuenta la cantidad de fotos que incluyen sus packs o la demora o rapidez en la entrega del álbum.

Pensad en el tipo de álbum

Una vez que tengáis claro el equipo que vais a contratar, os toca decidir cómo queréis el álbum.

Muchas parejas siguen prefiriendo el clásico en papel, con las fotos elegidas pegadas en cartón para poder hojear una y otra vez.

Y sin duda, el más demandado es el digital con las fotos impresas en cada hoja, sin el riesgo de que se acaben despegando o desgastando la imagen.

Haceros un reportaje pre boda

Tener unas fotos de los días previos es una buena idea para que el álbum sea completo y os encante hojear una y otra vez.

Hay muchas ventajas para hacer un reportaje pre boda, entre ellas la cercanía con el fotógrafo y la complicidad que se crea.

Ese día estaréis mucho más relajados y disfrutaréis al máximo de la sesión, además de coger confianza para que el día de la boda no estéis tan tensos.

Olvidad la cámara 

Es complicado relajarse el día de la boda, pero si queréis unas fotos naturales, lejos de las antiguas imágenes de posado, es mejor no pensar en que tenéis al fotógrafo delante.

Olvidaos de que estáis ante la cámara y actuad como si tuvierais delante a vuestro mejor amigo.

Para eso, es bueno que le conozcáis bien, que si no os habéis hecho un reportaje antes de la boda, al menos hayáis quedado con él varias veces. Porque es mucho más fácil relajarse cuando hay confianza que cuando nos ponemos ante un desconocido.

Incluid diferentes tipos de fotos

Hay algunas fotos de boda imprescindibles para reflejar la emoción del momento y otras que os gustará tener como recuerdo.

Hablad con el fotógrafo y acordar algunas fotos además de las típicas del altar, el momento de la entrega de alianzas, el baile o el primer beso. Y no os olvidéis de incluir fotos más emotivas, como el abrazo con vuestros abuelos o las risas con la pandilla de amigos durante la fiesta.

Porque un álbum de bodas será mucho más completo si además de fotos vuestras, encontráis otros momentos que también son importantes.

Sed espontáneos

La frescura y naturalidad del momento se percibirá en cada imagen. Huid de las sonrisas falsas, las posturas fingidas o los besos sin ganas y haced lo que os apetezca en cada momento.

Sin preocuparos de si estáis bien peinados, el novio tiene la corbata en su sitio o el vestido de la novia está arrugado.

El fotógrafo sabrá aprovechar esa espontaneidad y el resultado os encantará.

Disfrutad del momento, ¡es irrepetible!

Por muchas ganas que tengáis de terminar y de seguir charlando con vuestros amigos y familiares, tened paciencia porque hay tiempo para todo.

Disfrutar de cada momento que tengáis tanto juntos como con el resto de invitados, e incluso en soledad y aprovechad ese ratito de las fotos para mostrar esa complicidad que os une y os ha llevado a tomar la decisión de compartir vuestras vidas.

Y para que no os perdáis el cóctel por las fotos, será mejor que lleguéis pronto, antes que los invitados y las fotos no supongan un suplicio sino una parte más de ese día tan bonito.

Ya sabéis algunas de las claves para un álbum de bodas que no se llene de polvo en un armario a las pocas semanas de tenerlo en vuestras manos y os guste mirar una y otra vez a lo largo de vuestra vida.

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